La producción arquitectonica de Diego de Villanueva es, hasta la fecha, muy exigua pero significativa en casos bien conocidos, tales como la reforma del palacio de Goyeneche, en la madrileña calle de Alcalá. Es facil imaginar la resposabilidad del arquitecto al recaer sobre él el cometido de adecuar la anterior fachada de una simple labor de aseo, restandole los elementos más llamativos y a la vez más preciosos, como el Basamento de piedra bruta y los perfiles libres de la portada.
Esta obra corta como arquitecto constructor se ve compensada por una importante actividad discursiva en torno al tema de la arquitectura como fenómeno, no solo artístico, sino funcional, crítico, de expresión etc...
Las más de sus obras quedaron ineditas tales como un Tratado de la delineación de los órdenes, o el Discurso sobre las proporciones en los edificios, obras que en realidad formaban parte de un curso de arquitectura que tampoco llego a publicarse. Tan solo conocemos hoy su Colección de papeles criticos sobre Arquitectura, que vio la luz en Valencia, en 1766 a través de sus páginas puede comprobarse que Villanueva conocía a los autores más importantes del momento se conserva también aunque inedito un libro de diferentes pensamientos, unos inventados y otros delineados por Diego de Villanueva (1754) en el que se da la paradoja de encontrar en él imagenes de fuerte sabor neoclásico(Panteón de Roma, pirámides, obeliscos, proyectos de un arsenal grandioso) dentro de orlas absolutamente rococó. Es , sin embargo, un fiel reflejo del cambio que se opera en los hombres de su generación.
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