La bondad, la excelencia, y la majestad de la escultura neoclásica se debió a factores intrísecos de este arte, y por ello fue en general, superior a la arquitectura y de la pintura del mismo momento. La arquitectura exige grandes dispendios y es incompatible con eras de flaqueza económica; pero la escultura, mucho más barata, se deja trabajar en esa coyuntura. La pintura puede ser labor de aficionados, mientras que la escultura de ningún modo los admite en su seno. Todo lo que puede traerle de daño una época de economía calamitosa es el retraimiento de actuantes o la parvedad de nombres. Efectivamente, son pocos los escultores merecedores de aparación en este capítulo, pero bastante mas insegnes que los muchisimos que llegaron al año 1900 equivocándose casi en todo lo que tocaban. Entre la madera policromada de la vieja y amada tradición y el demasiado maleable barro del porvenir, este momento de mármol, utilizado con plena dignidad y amorosa pericia por unos artista de primera categoría, no puede, de ningún modo ser desdeñado ni despachado en puro trámite. La escultura española neoclásica fue una muy noble realidad, incluso política, porque fueron excepcionalísimas las obras escultóricas las nada gratas facciones de Fernando VII; naturalmente, no por negativa a ello de ningún escultor sino por la consciencia mutua de éstos y del presunto modelo de que tal rostro era cualquier cosa menos clásico. Y tampoco presenciaremos un desfile de mediocridades, cual la de sucesores de Vicente López. Hubo mucha mayor selección en los terrenos de la escultura, otro bien que no cabe olvidar. Al comenzar el nuevo siglo vivían todavia los imagineros José Estevez y Ramón Amadeu. Vivía, asimismo, Juan Adán , el aragonés que en su Venus de la Alameda de Osuna legaba todo un digno programa que explotar. Y la Academia de San Fernando, en uno de los momentos más felices de su gestión, cuidaba de la escultura nueva como de una bella criatura merecedora de todos los cuidados. Lo hacía igualmente Escuela de Lonja, de Barcelona, con lo que en este momento desaparece todo otro centro o vivero. Hasta casi nuestro siglo los dos grandes talleres de escultura española serán Madrid y Barcelona.
EJEMPLOS DE ESCULTORES NEOCLÁSICOS:
José Alvaréz Cubero:(1768-1827):Influido por Canova.
Antonio Canova:(1757-1822) Propugnó la vuelta a los canones clásicos.Combina la sensibilidad veneciana con el idealismo neoclásico resultando un arte suave y delicado. Se inspiró en las copias romanas de las obras griegas. No conoció los ideales griegos hasta el final de su vida.
Damián Campeny:(1771-1885) Influenciado por Canova aunque algunas obras tienen ya un aire romántico .
EJEMPLOS DE ESCULTORES NEOCLÁSICOS:
José Alvaréz Cubero:(1768-1827):Influido por Canova.
Antonio Canova:(1757-1822) Propugnó la vuelta a los canones clásicos.Combina la sensibilidad veneciana con el idealismo neoclásico resultando un arte suave y delicado. Se inspiró en las copias romanas de las obras griegas. No conoció los ideales griegos hasta el final de su vida.
Damián Campeny:(1771-1885) Influenciado por Canova aunque algunas obras tienen ya un aire romántico .
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